En un lugar de la Mancha de cuyo nombre nunca me
olvidé, se halla la muy noble, muy leal y fidelísima villa de San Clemente.
Situada en plena llanura. Se halla al suroeste de la provincia de Cuenca, a 105 kilómetros de Cuenca y 78 de Albacete.
Toma su nombre de su fundador Clemente Pérez de Rus,
allí tenía una casa de campo, donde después se hizo la iglesia mayor. Sin embargo, los orígenes fueron muy antiguos, encontrándose en su término
restos de construcciones romanas. Clemente era natural de un lugar situado a unos 9 kilómetros, donde había un
castillo del que quedan restos y la ermita de la Virgen de Rus, hoy
convertida esta zona en un verdadero oasis de la Mancha bañado por el río
Rus. los estudiosos de El Quijote sitúan en la Ermita de Rus el capítulo veinticuatro de la segunda parte de la obra magna de don Miguel de Cervantes.
Tuvo tres hospitales, el de Nuestra Señora de la
Concepción con una celda para cobijo de mujeres pobres, el de San
Sebastián que recogía a peregrinos y pobres, manteniéndose de limosnas y el
hospital de Santiago desde donde salían los cofrades la víspera y el día de
Santiago, y disponía de varias celdas para mujeres pobres.
El 9 de Agosto de 1488 recibión la visita de los Reyes Católicos.
Dada la cantidad de familias hidalgas que tenían sus
casas en San Clemente, se le llegó a llamar la "Pequeña Corte de la
Mancha".
En 1980 fue declarada Conjunto Histórico-Artístico.